Archivo diario: 28/12/2011

Hilar muy fino

Veo, con cierta preocupación, que Cáceres puede tener sus días contados como sevillista, si la Juventus se esmera un poquito con su oferta. Aún está lejos el equipo juventino de alcanzar las pretensiones del Sevilla, pero temo que, ante la necesidad que tenemos de dinero contante y sonante, tanto para cuadrar el presupuesto como para fichar jugadores, el charrúa tenga que hacer las maletas con destino a Turín.

Sería una pena que Cáceres nos dejara, porque, en mi opinión, es el mejor central que tenemos, tiene un gran futuro por delante y, además, es muy polivalente. Se iría un puntal de la defensa, y Monchi tendría que hilar muy fino para encontrar un sustituto de garantías.

Está claro que el traspaso del uruguayo sería un éxito, financieramente hablando, pero habría que ver hasta qué punto sería beneficioso en materia deportiva. Se trataría de trastocar una pieza importante de una línea defensiva que ya deja muchas dudas, ya que Spahic no está dando el nivel que se esperaba de él y Escudé está en un estado de decadencia que es ya evidente. Y, por supuesto, no cuento con Alexis, que ya ha demostrado que no es jugador para esta plantilla. Sólo nos quedaría un Fazio que se muestra bastante irregular y, cuando venga, si es que viene, el sustituto de Cáceres.

Igualmente, habrá que estar acertados con respecto al delantero o delanteros que vengan. El culebrón Gio parece no tener fin, dando la impresión que el Tottenham hará todo lo posible, una vez más, por dificultar su fichaje por el Sevilla. Parece más probable que venga Reyes, sobre todo si él se empeña en venir, ya que casi ningún club –excepto Tottenham– quiere tener jugadores a disgusto en su plantilla, y además parece ser que los colchoneros necesitan dinero con urgencia.

Estamos en un momento decisivo, crítico, porque dependiendo de lo que hagamos ahora, podemos fortalecer la plantilla o debilitarla aún más. Prácticamente, puede decirse que el objetivo Champions está en juego en estos días. Una Champions que está más fácil que nunca, por esa cuarta plaza que nadie parece querer. A poco que hagamos bien las cosas, debe ser nuestra. Pero, claro, hay que hacer bien las cosas, y últimamente, no se están haciendo.