Me sorprendió ayer el público que acudió al Ramón Sánchez Pizjuán cuando tuvo la primera ocasión de gol el San Roque y empezó a pitar al equipo. Está claro que el San Roque es un equipo claramente inferior, ¿pero quiere eso decir que no nos puede crear ninguna ocasión o incluso marcarnos un gol? ¿Es que los del San Roque son cojos? ¿Es que no han visto un balón en su vida? ¿No saben sacar corners o faltas? Pues claro que sí, y, por tanto, nos pueden marcar un gol perfectamente, aunque estén jugando en Segunda División B.
El San Roque ayer hizo algunas cosas buenas: se encerró con orden, presionó y corrió todo lo que pudo, e intentó sorprender en contragolpes o a balón parado. Eso es lo único que puede hacer un equipo inferior para ganar, y eso lo hizo perfectamente el equipo onubense.
No quiero ni pensar que el gol del exsevillista Adri hubiera supuesto el 0-1. Por cierto, gol proveniente de una falta inexistente. Desde mi posición pude ver perfectamente el piscinazo del jugador del San Roque.
Como bien dice Marcelino, el Sevilla no pasó apuros, ni en la eliminatoria ni en el partido, que dominó de principio a fin. A destacar el mal partido, de nuevo, de Negredo y el fallo monumental de Armenteros, casi bajo palos. Menos mal que poco después el argentino provocó el penalti. Me gustó el partido de Luna y Medel. En el primer tiempo las ocasiones más claras fueron de Rakitic, quien estrelló dos balones en la barrera. Normal, porque, aunque Rakitic es un buen lanzador, Teixeira Vitienes no las ponía a la distancia correcta. El árbitro también tuvo su protagonismo al anular el primer penalti marcado por Kanouté. Yo creo que fue lanzado correctamente. Lo que no está permitido es hacer una paradinha cuando se va a golpear el balón, pero Kanouté lo único que hace es bajar la velocidad en carrera y no hace un amago. Y encima le sacó la amarilla.
Ahora a esperar a ese esperado delantero y a los rivales que nos depare el sorteo. A ver si tenemos suerte y no nos toca ninguno de los grandes.