De nuevo afrontamos un partido vital. Esta vez, no es para no descolgarnos de los puestos Champions, sino para que no nos adelanten varios equipos más y quedemos en tierra de nadie.
Por el entrenamiento de ayer, se barrunta una revolución para La Romareda, tanto en la alineación como en el sistema. Los últimos resultados parece que han hecho mella en Marcelino y ya no considera el 4-4-2 como innegociable. La alternativa será un 4-3-3 que, en la práctica, seguramente será un 4-1-4-1, pero con jugadores ofensivos, buscando un equilibrio defensa-ataque que, hasta ahora, no hemos conseguido.
Arriesga Marcelino, no por el cambio de sistema, sino porque implica el dejar en el banquillo a jugadores como Navas o Negredo, que son de lo mejor de la plantilla, pero que también es cierto que no están pasando por un buen momento. La suplencia de Negredo se explicaría por haber salido el madrileño de una lesión recientemente. También se prescindiría de Spahic y Trochowski, sustituyéndolos por Alexis y Campaña, respectivamente. Además, volverá Coke, ya que Cáceres es baja confirmada.
A ver cómo salen las cosas el Domingo. Esto de hacer experimentos con puntos en juego no me gusta nada, pero si Marcelino no es capaz de implantar su 4-4-2 con éxito, habrá que probar otras opciones. Cualquier cosa, antes que ver a once jugadores del Sevilla corriendo sin ton ni son tras un balón. El rival es propicio, ya que visitamos a un Zaragoza que está al borde del abismo, con muchas dudas y con un entrenador cuestionado.
Sólo falta que seamos capaces de dar unos cuantos pases seguidos y nos dediquemos a jugar un poquito al fútbol.