Archivo mensual: noviembre 2011

Fazio

Fazio llevó al Sevilla en la temporada 2006-2007, proveniente del Ferrocarril Oeste argentino, por unos 800.000 euros, que es una cifra ridícula para los tiempos que corren.

Se le fichó para jugar con el Sevilla Atlético, y ahí es donde lo vi por primera vez. Teóricamente, tenía todas las cualidades para triunfar en la posición de central, por su juventud, proyección y altura (1’95). Lo que más me llamó la atención de él fue, precisamente, que, a pesar de su altura, era un jugador que no iba bien por alto. No medía bien los tiempos –saltaba antes de tiempo o después– y tenía un grave defecto, que era que solía despejar a la frontal del área. No le di importancia, porque era un jugador muy joven y acababa de llegar. Tenía todo el futuro por delante.

Fazio fue mejorando, aunque seguía mostrando cierta fragilidad defensiva, y seguía con su manía de despejar a la frontal del área. Subió al primer equipo, donde alternaba su posición de central con la de mediocentro defensivo, e hizo muy buenas actuaciones, llegando a marcar algún que otro gol. También llegó a jugar de lateral. Parecía que Fazio iba a ser un puntal del Sevilla… hasta que llegó la lesión. Y no fue una lesión cualquiera. Su tobillo derecho recaía una y otra vez, obligándole a pasar muchos meses en el dique seco, e incluso una temporada en blanco. Frenazo a su proyección.

Parecía que no se iba a recuperar nunca, desesperándose el propio jugador, cuerpo técnico y afición. Pero se recuperó. No ha gozado de continuidad y sigue alternando su posición de central con la de medio centro. Ha mezclado buenas y malas actuaciones, y tiene a gran parte de la afición en contra, como se demostró en el Sevilla-Athletic de Bilbao, donde el argentino no hizo un buen partido, como casi ninguno de sus compeñeros.

A mí, particularmente, no me convencía mucho el bonaerense, porque jugando de central siempre cometía, al menos, un error grave. A veces nos costaban goles y otras no, pero considero que un central tiene que ser seguro y expeditivo, y no se mostraba así cuando formaba parte de la defensa. Y cuando Fazio jugaba en el centro del campo, tampoco me agradaba, porque, aunque lo gana todo por alto, tácticamente deja mucho que desear, tiene muchos problemas para distribuir el balón, y, a veces, su suficiencia le pierde. Contra el Athletic, por ejemplo, creo que quien debió de jugar fue Salva y no él, porque Salva abarca más terreno, es más fuerte en la marca y pasa más rápido y mejor el balón.

Pero esta temporada también hemos vuelto a ver al mejor Fazio, al que ya maravilló antes de la lesión. Sus partidos contra  Osasuna, Barcelona y Zaragoza fueron bastante buenos y serios, de principio a fin. Ése es el camino que debe de seguir. Si consigue cierta regularidad, seguro que nadie le criticará y se ganará la confianza del entrenador, máxime cuando otros compañeros, como Escudé, están flaqueando.

Como digo, a mi Fazio no me convencía, pero si juega a buen nivel y esos tres partidos no se quedan en una mera anécdota, no tendré ningún problema en cambiar de opinión.  Y estoy seguro que así lo harían el resto de los aficionados a los que no les gusta Fazio, porque, al fin y al cabo, los sevillistas queremos tener en plantilla centrales de garantías, y si provienen de la cantera, mejor aún.

Fazio ahora tiene en su mano la oportunidad de hacerse con un puesto de titular y puede que incluso la de volver a su selección. Espero que no desaproveche las ocasiones que se le presenten, por su bien y por el del Sevilla.

Koné, el desagradecido

Sorprende la actitud de Arouna Koné, que no pierde oportunidad para dejar claro que no quiere volver al Sevilla. Hace unos días dijo: «volver a Sevilla no está en mi cabeza. Quiero estar centrado en el Levante y aunque sí que es cierto que hay una opción para que pueda volver no pienso en ella». O más recientemente:  «Preferiría marcar 17 goles para quedarme aquí. No dejaría al Levante en Liga de Campeones para volver a Sevilla a jugar la Europa League”.

Alguien que escuche a Koné, podría pensar que aquí le dábamos latigazos. La verdad es que no sé de que se queja el marfileño. Desde que llegó a Sevilla se le ha tratado de lujo, por parte del club y de la afición. Es lógico, porque Koné, en su momento, fue el fichaje más caro de la historia del Sevilla, que pagó por él, nada más y nada menos que 12 millones de euros, cantidad sólo superada posteriormente por Álvaro Negredo, por el que se pagaron 15 millones.

Koné no lo tuvo fácil cuando llegó, sobre todo porque tenía por delante a Kanouté y Luis Fabiano –palabras mayores– . Aun así, no mostró mucho acierto de cara a gol, ya que jugó 17 partidos y sólo fue capaz de lograr un gol. Hasta que se lesionó. Su calvario –y el del Sevilla– empezó cuando se llevaban disputados apenas unos minutos de un partido amistoso con su selección frente a Guinea. Rotura de ligamentos de la rodilla y el menisco. Casi nada.

Una vez recuperado, y ya de mano de Manolo Jiménez, tampoco consiguió hacerse con un puesto de titular, y tras jugar otros 17 partidos, en los que no marcó ni un solo gol, fue cedido en el mercado de invierno al Hannover 96, donde sí marcó dos goles en ocho partidos de la Bundesliga, hasta que se lesionó de nuevo en la rodilla.

Vuelta a empezar. A pesar de seguir lesionado, el Sevilla le inscribe para la temporada 2010/11, donde su aportación fue casi la misma que la de un recogepelotas.

Como es normal, dado su rendimiento anterior y de que su supercontrato –seguro que de eso no se queja– estaba a punto de finalizar, tanto Marcelino como la Dirección deportiva del Sevilla no cuentan con Koné para el proyecto 2011-2012, y acuerdan su cesión al Levante, guardándose una opción de repesca si lograra marcar 18 goles.

Ahora le van bien las cosas a Koné –lleva anotados cinco goles– y saca pecho, al mismo tiempo que despotrica contra su antiguo club. No me parece justa su actitud hacia una afición que le ha tenido que soportar sus pifias cara a gol y hacia una entidad que ha puesto todos los medios y los mejores médicos para que se recuperara, pudiera disfrutar del fútbol, y demostrara el porqué de su carísimo fichaje.

Por otro lado, no entiendo la cláusula de los 18 goles que hay en el contrato de Koné. Supongo que habrá una razón de que la cantidad de goles sea tan elevada, pero si el club esperaba recuperarlo en caso de revalorización –según dicen, ya tiene pretendientes–,  parece bastante complicado con esa cláusula. Y más aún con la nula predisposición del jugador.

Por último, Koné, decir que aún es pronto para saber si el Levante jugará la Champions o el Sevilla la Europa League, sobre todo porque aún quedan dos tercios de competición y el Levante se encuentra en situación de concurso de acreedores.

El tiempo dirá. Como siempre.

Se ganó, que era lo importante

Victoria importantísima, que permite al Sevilla alejarse de algunos de sus perseguidores y a Marcelino respirar un poquito.

Ahora bien, tampoco hay que lanzar las campanas al vuelo, porque la victoria no es que fuera muy brillante. Más bien al contrario. Es cierto que hubo una buena media hora inicial, donde tuvimos ocasiones, dominamos con claridad y nos adelantamos en el marcador, pero después el equipo hizo bien poco, sobre todo, a partir de que saliera Negredo del terreno de juego.

La segunda parte fue desesperante, ya que éramos incapaces de mantener la posesión y estuvimos a merced de un Zaragoza que menos mal que no está para nada. El Zaragoza llevaba una racha tan negativa como la nuestra, y sus  jugadores, debido a la ansiedad, se precipitaban una y otra vez, eligiendo siempre  la opción equivocada. A este equipo, si nosotros estuviéramos medianamente bien, le habríamos goleado.

Hay que pensar en positivo y quedarse con los tres puntos. Lo importante era ganar, y no importaba cómo. Jugar bien no puntúa. Ya habrá tiempo para el juego bonito, pero ése llegará cuando el balón no queme en los piés y los jugadores recuperen la confianza en sí mismos y su estado de forma normal. Porque algunos siguen estando a un nivel más bajo de lo habitual.

Lo que sí debe preocuparnos son las dificultades que tenemos para sentenciar los partidos. Ayer, entre Navas y Campaña fallaron una de esas ocasiones que no se pueden errar nunca. Cuando se perdonan ocasiones como ésa, entra inseguridad y lleva a pensar que pueden volar puntos. No hubiera sido justo, porque el Zaragoza apenas creó ocasiones de gol, y si daba sensación de peligro, era más por deméritos del Sevilla que por méritos propios, que nos empeñábamos en tener pérdidas inocentes del balón y en otorgar faltas tan peligrosas como innecesarias.

Me gustó mucho el partido de Negredo, que es nuestro jugador más importante, y la línea defensiva, principalmente Spahic y Fazio. Ambos hicieron un buen partido, aunque Spahic sigue complicándose la vida, innecesariamente, más de la cuenta.

No entiendo cómo Perotti acabó el partido. No estuvo nada afortunado el argentino, pero, a pesar de ello, no fue sustituido. Ni siquiera fue capaz de retener el balón cuando hacía tanta falta.

El árbitro, Pérez Lasa, estuvo regular. Pitó el penalti clarísimo a Negredo, pero no el que le hicieron a Coke. Expulsó al zaragocista Juan Carlos, en los minutos finales, por dar un codazo, pero, sin embargo, no hizo lo mismo con Paredes, por fuerte entrada a Navas, por detrás y sin opción alguna de jugar el balón.

Ahora, a recibir a un Getafe, que dio la campanada ante el Barcelona y que ya nos ganó la temporada pasada en nuestro propio estadio. Por tanto, no será fácil derrotarles, pero si queremos mantenernos arriba tenemos que hacernos fuertes en casa, y para eso tenemos que mejorar mucho. Si la mejora no llega en juego, al menos que se consiga en resultados, que no olvidemos que es lo único que cuenta.

A ver cómo sale el experimento

De nuevo afrontamos un partido vital. Esta vez, no es para no descolgarnos de los puestos Champions, sino para que no nos adelanten varios equipos más y quedemos en tierra de nadie.

Por el entrenamiento de ayer, se barrunta una revolución para La Romareda, tanto en la alineación como en el sistema. Los últimos resultados parece que han hecho mella en Marcelino y ya no considera el 4-4-2 como innegociable. La alternativa será un 4-3-3 que, en la práctica, seguramente será un 4-1-4-1, pero con jugadores ofensivos, buscando un equilibrio defensa-ataque que, hasta ahora, no hemos conseguido.

Arriesga Marcelino, no por el cambio de sistema, sino porque implica el dejar en el banquillo a jugadores como Navas o Negredo, que son de lo mejor de la plantilla, pero que también es cierto que no están pasando por un buen momento. La suplencia de Negredo se explicaría por haber salido el madrileño de una lesión recientemente. También se prescindiría de Spahic y Trochowski, sustituyéndolos por Alexis y Campaña, respectivamente. Además, volverá Coke, ya que Cáceres es baja confirmada.

A ver cómo salen las cosas el Domingo. Esto de hacer experimentos con puntos en juego no me gusta nada, pero si Marcelino no es capaz de implantar su 4-4-2 con éxito, habrá que probar otras opciones. Cualquier cosa, antes que ver a once jugadores del Sevilla corriendo sin ton ni son tras un balón. El rival es propicio, ya que visitamos a un Zaragoza que está al borde del abismo, con muchas dudas y con un entrenador cuestionado.

Sólo falta que seamos capaces de dar unos cuantos pases seguidos y nos dediquemos a jugar un poquito al fútbol.

El Sevilla no cuenta con la cantera

O al menos no cuenta con su propia cantera, porque si hacemos caso a la prensa sí parece que hay interés en jugadores jóvenes de otros equipos: Tiago (Barcelona), Álvaro Vázquez (Español), Álvaro González (Rácing de Santander) o Vicente Iborra (Levante). Y seguro que en poco más de un mes se encargarán de sacar más nombres, ya sean invenciones o no.

Una de las cosas que más me ilusionaba del Sevilla en pretemporada era el gran número de canteranos que había en la primera plantilla, con varios jugadores que hacía poco estaban en el Sevilla Atlético y que contaban con una buena perspectiva de ser jugadores importantes, de disponer de muchos minutos. Pero resulta que  Diego Capel se vende al Sporting de Lisboa por una cantidad irrisoria, Rodri se marcha al filial del Barcelona, Bernardo parte hacia Santander, Cala jugando en Grecia, Luna no ha jugado ni un minuto, Campaña cuenta poco para Marcelino –no fue ni convocado contra el Athletic– , Luis Alberto cuenta menos aún y Salva parece destinado a seguir en el Sevilla Atlético.

Parece que Marcelino sólo cuenta con Fazio –cada vez menos–, Navas, Perotti, Armenteros y Varas. Me parecen muy pocos, y me da la impresión de que, si no fueran canteranos, habría muchos más jugando. Nuestro entrenador parece seguir empeñado en seguir la senda de Manzano, que tampoco miraba hacia la carretera de Utrera, ni aún estando apurado con las bajas.

Yo soy de la creencia que la base del Sevilla debería estar formada por jugadores del filial, y sólo hacer fichajes para cubrir lo que no nos dé l cantera. Si se traen jugadores foráneos deberían ser para marcar diferencias. Es decir, más o menos lo que se hacía cuando entrenaba Manolo Cardo.

Me da la impresión de que mi idea es más una utopía, ya que han cambiado mucho las cosas últimamente en el mundo del fútbol. Parece que a la afición le ilusiona más un jugador traído de fuera que uno de la casa. A mí no,  porque el de fuera suele venir pensando en el dinero y el de la casa suele venir pensando en cumplir su sueño desde pequeño. Y anda que no hay diferencia.

 

¿De verdad es necesario otro centrocampista?

Según la prensa, parece ser que Marcelino ha pedido el fichaje de un centrocampista en el mercado invernal. No sé qué habrá de cierto en esto, pero si esto es así, la verdad es que no lo entiendo.

Es evidente que un delantero es necesario, y, si acaso un central, dado el bajo rendimiento de Escudé, la irregularidad de Spahic, que Cáceres cuenta más como lateral, y que Alexis no convence a Marcelino –ni a mí tampoco–. Y luego está Fazio, quien, en mi opinión, no es válido para el Sevilla. No me gusta ni como central ni como centrocampista, pero, en todo caso, lo veo más como central.

Teóricamente, la llegada de un centrocampista sería necesaria porque no hay sustituto de garantías para Medel. ¿Y qué pasa con Guarente entonces? ¿Y con Campaña?¿ Y qué pasa, sobre todo, con Salva? Porque Salva, para mi, fue uno de los mejores de la pretemporada, y en el Sevilla Atlético lo está haciendo muy bien. Además, es un jugador tipo Medel: incansable, con capacidad para recuperar muchos balones y distribuirlos bien, tanto en corto como en largo. ¿No sería mejor confiar en la cantera, cuando además hay poco dinero en caja, antes que hacer un nuevo desembolso en otra incorporación?

Y si lo que necesitara Marcelino fuera un centrocampista ofensivo, también creo que esa posición también está bien cubierta con Rakitic, Trochowski o Luis Alberto.

Monchi y Del Nido, como siempre, son los que deciden, pero si de mi dependiera, la respuesta sería un «no» rotundo.

Hay equipo, ¿pero hay entrenador?

Soy el primero en reconocer que la plantilla del Sevilla ha ido perdiendo potencial, progresivamente, en los últimos años. Sirva de ejemplo, que aún estamos esperando al sustituto de Luis Fabiano. Seguramente, el que llegue no tendrá el nivel del Brasileño, pero deberá ser alguien de calidad. Si no es así, no tiene sentido traer a nadie. Mejor recurrir a la cantera.

No obstante, pienso que, a pesar de esto, hay equipo para, al menos, conseguir plaza de Europa League. Lo de la Champions ya es más complicado, aunque sólo veo superior a nuestro plantilla al Valencia, y, más o menos equiparados con nosotros, al Atlético de Madrid, Málaga y Villarreal.

La cuestión es si hay entrenador. Muchos piensan que Marcelino está bien para entrenar a un equipo pequeño, pero no a uno grande. Yo jamás entenderé eso. Es más, pienso que tiene mucho más mérito hacer jugar bien a un equipo con pocos recursos y jugadores de nivel medio-bajo. En un equipo grande, siempre encontrará más facilidades y mejores jugadores. Es cierto que también encontrará más exigencia, pero no creo que ningún entrenador se amilane por eso. Por tanto, creo que Marcelino sí está capacitado para sacar adelante al equipo, pero también pienso que tiene que dar rápido con la tecla, ya que, yendo a paso de tortuga, nos quedaremos rezagados en la tabla, y, evidentemente, Marcelino, como todos los demás entrenadores, depende de los resultados.

Pero no veo a Marcelino como el único culpable de la situación a la que hemos llegado, ni mucho menos. A mi modo de ver, hay tres circusntancias que nos han llevado a caer en la tabla:

Una mala planificación deportiva. No puede ser que un equipo de altas miras tenga sólo un delantero y medio. Lo del «y medio» va por Kanouté, porque ya se sabía que se iba a perder un buen número de partidos. Creo que hemos perdido varios puntos por tener poca pegada. Y menos mal que Del Moral lleva una media aceptable de goles.

Decisiones erróneas de Marcelino. Desde mi punto de vista de aficionado, creo que Marcelino se ha equivocado, en diversos partidos, tanto en planteamientos, sustituciones y alineaciones. Él mismo lo ha llegado a reconocer en alguna ocasión en rueda de prensa. También creo que Marcelino no está sacando el máximo provecho de la plantilla. Hay jugadores que merecen jugar más minutos. Prácticamente, no cuenta ni con Luna –al que ha dejado desmoralizado– ni con Coke –que si no lo está, le faltará poco–, ni con Alexis –ahí no me meto, porque creo que este jugador no sirve para el Sevilla–. Y a Campaña, que por la baja de Medel se habría hecho la idea de ser titular ante el Bilbao, no lo llevó ni convocado. Es decir, no lleva convocado a un jugador joven, que ha llegado a ser titular y que necesita continuidad y confianza. A mi entender, Marcelino ha tomado decisiones que pueden conllevar el acomodamiento de algunos jugadores, ya que, lo hagan bien o mal, casi siempre juegan los mismos.

Y por último, lo que yo creo más importante: la actitud de los jugadores. No puede ser que todos los rivales corran más que nosotros, presionen más y combinen mejor. Incluso los de la parte baja de la tabla. Si nos esforzamos igual o más que el rival, casi seguro que ganamos. Lo que no podemos pretender es ganar andando. Y eso no es cuestión del entrenador únicamente, aunque sí es él el que debe concienciarlos y motivarlos para que salgan a morder en cada partido.

Lo cierto es que ahora mismo parecemos incapaces de ganar a cualquier rival, y esa mala impresión, como es lógico, sólo puede cambiarse con victorias. Será en Zaragoza donde tengamos la primera oportunidad, y ante un rival que está casi en nuestra misma situación, ya que sólo ha ganado un punto de los últimos quince. El mejicano Aguirre está en la picota.

Seis partidos sin ganar serían demasiados. No podemos fallar más.

Perdiendo la fe en Marcelino

No la he perdido del todo, porque aún recuerdo partidos de pretemporada muy buenos, donde se salía a ganar desde el primer minuto, donde se presionaba con sentido, los jugadores se desmarcaban, se ofrecían, se daba la importancia a la posesión del balón, se defendía bien  y se hacía un buen juego de ataque.

Después, con puntos ya en juego, se han hecho partidos muy buenos, donde todos los jugadores han dado un buen nivel y han tenido muy buena actitud, como contra el Málaga, el Valencia o el Barcelona.

Pero el partido de ayer me ha dejado muy preocupado. No puede ser que faltando aún media hora para la finalización del partido, y con el marcador 1-1, estuviera deseando que llegara el pitido final, porque veía que el equipo estaba roto y que era un pelele en manos del Athletic; veía un equipo que no era capaz de crear peligro, de dar dos pases seguidos, sin cohesión, sin coraje, sin confianza, sin juego, sin orden… hasta sin suerte.

Me pregunto cómo puede cambiar tanto un equipo. Es difícil de encontrar una explicación, pero la actitud de los jugadores es básica. No entiendo por qué nuestros jugadores presionan poco, y, cuando lo hacen, lo hacen mal. Ni tan poco entiendo por qué están tan inmóviles, por qué no se desmarcan, ni se ofrecen, ni se apoyan. ¿Por qué todos los equipos que llegan aquí corren más que nosotros? ¿Acaso tienen mejor condición física? No creo que sea así, porque esto ocurría ya con otros preparadores físicos.

Por otro lado, hay otras cosas a las que no encuentro explicación. Como, por ejemplo, ¿cómo es posible que, siendo casi todos jugadores internacionales, perdamos con tantísima facilidad el balón? ¿Cómo es posible que no seamos capaces de recuperar el balón en un saque de banda en contra y de no perderlo si es a favor? Es que llegamos a ser tan torpes en este sentido que, prácticamente, un saque de banda es balón para el contrario. ¿No es esto entrenable? Entonces, ¿por qué no se mejora este aspecto?

Me preocupa sobremanera la baja capacidad de reacción de Marcelino. Ayer el Athletic dominó el partido, casi de principio a fin, por varios motivos, pero uno de ellos, además de que Muniaín se movía con absoluta libertad y hacía lo que le daba la gana, era el poco acierto de Trochowski y Fazio. Pues Marcelino dejó sobre el terreno de juego al alemán hasta el minuto 67 y a Fazio durante todo el partido.

No sé que verá Marcelino en Fazio. Posiblemente quedó rendido ante el partidazo que hizo el argentino en Santander, cuando él entrenaba al Racing. Pero los sevillistas sabemos que los partidos buenos de Fazio en el Sevilla se pueden contar con los dedos de una mano, y puede que hasta sobren dedos. En mi opinión, a Fazio le pierde su suficiencia y su escasa visión de juego. Además, se limita a defender y, a la hora de crear juego, es casi nulo. Es de suponer que ayer jugó de titular para marcar a Llorente, pero quizás la mejor forma de anular a Llorente es conseguir que no le lleguen balones, controlando el centro del campo, y seguro que tanto Salva –espectador en el banquillo– como Campaña –espectador en la grada– habrían hecho mejor trabajo que Fazio en ese sentido.

Más vale que Marcelino espabile pronto. A estas alturas, debería haberse dado cuenta ya de que en su plantilla hay jugadores mejores que Fazio, que Escudé está pidiendo un banquillazo a gritos desde hace bastante tiempo, que Trochowki en la izquierda no rendía –y ha jugado varios partidos en esa posición–, y que Cáceres posiblemente aporte más al equipo de central, porque es su posición natural.

También Marcelino debe corregir el sistema defensivo. Nos llegan con mucha facilidad y, para colmo, nuestros centrales no están nada acertados. Ayer una mala entrega de Spahic –está fallando demasiado– nos volvió a costar un gol. Encajando dos goles por partido no vamos a ningún sitio.

Del árbitro, casi mejor no hablar. Ayza Gámez fue, prácticamente, otro jugador más del Athletic. No pudo estar más desacertado. Estos árbitros que utilizan dos varas de medir no me gustan nada.

El de ayer no es un partido para olvidar, sino para tenerlo muy en cuenta. Lo único bueno del partido fue el gol de Navas, la jugada de Rakitic y que no llovió. Si no cambiamos radicalmente, la clasificación para la Europa League será un imposible. En este plan, es absurdo hablar de Champions.

Cosas que me gustan y que no me gustan del Sevilla-Ath.Bilbao

Me gustan:

– Recuperamos a Negredo, Kanouté, Perotti y, posiblemente, Trochowski volverá a jugar en su posición natural. Si ya juega Cáceres de central, sería el remate, pero, seguramente, Marcelino volverá a contar con Escudé en esa posición.

– Va convocado Salva. Yo preferiría que fuera titular, pero parece que Marcelino tiene pensado darle el puesto a Fazio.

– Hay conciencia en la plantilla de que el encuentro contra el Athletic será complicado. Así lo han manifestado ya varios jugadores sevillistas. Es de esperar que no habrá excesos de confianza.

– Es un posible rival directo. Si ganamos, los dejamos algo descolgados y si perdemos, nos pisarán los talones. Contra este tipo de equipos, solemos salir bastante concentrados.

– El Athletic viene con bastantes bajas, pero ninguna de ellas de las importantes. A priori, será un partido con intensidad y entre dos equipos igualados, con jugadores que pueden decidir en cualquier momento.

No me gusta:

– Bielsa ya se ha hecho con el equipo, tácticamente ha mejorado mucho y ya juegan como un conjunto, presionan mejor y no dejan tantos espacios en el centro del campo. Estuvieron a punto de ganar al Barcelona, si no llega a marcar el de siempre –Messi– en el tiempo de descuento.

– Los vascos vienen muy motivados, ya que llevan muchos años sin ganar en el Sánchez Pizjuán y quieren romper la racha.

– Bielsa podrá contar con sus mejores jugadores: Llorente, Javi Martínez e Iraola, que son sus tres internacional absolutos, y con Muniaín y Ander Herrera, que son internacionales sub-21 pero que, en mi opinión, también tienen calidad para estar en la selección absoluta. También habrá que tener cuidado con Toquero, que aunque no es muy técnico que digamos, es bastante luchador y va bien por alto, y con las incorporaciones de De Marcos, que suele subir su banda con peligro. Al mismo tiempo, De Marcos deja vulnerable su costado con frecuencia, pero se espera que Bielsa ponga a tres centrales, con lo que De Marcos podría ser más peligroso que de costumbre.

– No podremos contar con el chileno Medel, que, para mi, es uno de los jugadores claves del Sevilla.

– El tiempo no acompañará. Se prevé lluvia a la hora del partido, y el terreno mojado es el ideal para el Athletic, que se mueve como pez en el agua en él.

El árbitro será Ayza Gámez. Seguro que tendrá bastante trabajo, sobre todo si el terreno de juego está resbaladizo.

Tres puntos importantísimos en juego. A ver si damos la talla y nos acompaña un poco la suerte. Si no tenemos suerte, al menos que ganemos.

Luna también se impacienta

Ayer me encontraba con la impaciencia de Luis Alberto por no jugar,  y hoy me encuentro con la de Luna. No me parecían acertadas las declaraciones del de San José del Valle, pero, sin embargo, pienso que Luna tiene toda la razón del mundo.

Yo particularmente tenía ganas de ver a Luna jugar en el lateral izquierdo de titular algún día, en su estadio, que es el Ramón Sánchez Pizjuán. Creía que ese día iba a llegar contra el Racing de Santander, pero me llevé una desagradable sorpresa cuando veo que Marcelino prefiere poner a Cáceres en el lateral izquierdo. Además de que yo creo que Cáceres es más aprovechable en el centro de la defensa, pensaba que Luna se merecía una oportunidad. Marcelino, al finalizar el partido, en rueda de prensa, dijo que había dado la titularidad a Cáceres en el lateral porque él ponía a los que cree que están mejor. Yo entendí, de esas palabras, que Marcelino no debía estar muy conforme o con el juego o con la actitud de Luna.

Ahora bien, si eso es así, y, por el motivo que sea, no tiene confianza en Luna, ¿a cuento de qué viene el dar el visto bueno para que el canterano forme parte de la primera plantilla? Tras ver su nivel en pretemporada, ¿no hubiera sido mejor cederlo a otro equipo para que tuviera minutos?

No se ha hecho así, y es normal que Luna se esté preguntando el porqué de no jugar ni un sólo minuto. De seguir así las cosas, lo más previsible es que salga cedido en enero. Y yo creo que, dadas las circunstancias, es lo mejor para todas las partes.

También creo que tiene parte de razón Luna cuando dice que «ser canterano te perjudica, en vez de beneficiar». Al menos, en su caso creo que está siendo así. Probablemente, si Luna viniera procedente de otro equipo o fuera extranjero, ya habría dispuesto de muchas ocasiones. Y si hablamos del caso de Cala, no digamos. Cuando jugó, lo hizo a un nivel excepcional, pero, sin embargo, no le sirvió para quedarse en la primera plantilla y tuvo que irse a Grecia a buscarse las habichuelas.

Tampoco quiero olvidar a Diego Capel, jugador que creo que habría sido más valorado, tanto por club como por afición, si no hubiera sido canterano. Su precio de venta me pareció muy bajo, casi ridículo, teniendo en cuenta que se trataba de un jugador joven, de calidad e internacional. Sólo me lo explico si el club necesitara dinero de manera urgente.

Me da la impresión de que, a veces, podemos sacar más provecho de la cantera, pero, en lugar de eso, se prefiere traer a jugadores foráneos que, en algunos casos, no alcanzan el nivel de los de aquí. Sin embargo, el fichaje tiene que jugar, porque ha costado un dinero, pero el canterano –también cuesta dinero, pero menos– puede esperar, se puede ceder a otro equipo para que «se foguee». Y no me parece justo. Además de formarles, hay que darles confianza y oportunidades.

La política de cantera del Sevilla es buena, pero mejorable. Los casos de Cala y Luna son prueba de ello.

Luis Alberto se impacienta

Vaya por delante que Luis Alberto me parece un gran jugador. De hecho, creo que ya tendría que haber jugado con Manzano bastantes partidos, y también creo que debería de haber jugado más con Marcelino. Pero la cuestión es que, a pesar de que Luis Alberto tiene muchísima calidad, también tiene aspectos que tiene que mejorar. Posiblemente, por eso Marcelino no las tenga todas consigo a la hora de darle minutos.

En mi opinión, Luis Alberto tiene que dar un paso adelante para ser importante en el primer equipo, y ese paso tiene que ser firme. Es decir, tiene que defender, correr y presionar como el que más. No basta con tener calidad y toque, sino que tiene que ofrecerse y aprender a sacrificarse. También tiene que aprender a no acaparar el balón, a soltarlo rápido y en el momento preciso.

Se me viene a la mente la jugada de Mallorca, acabando el partido, cuando llevó bien un ataque y Navas se desmarcaba. Si le llegaba el balón a Navas, sería una ocasión clarísima de gol. Pero Luis Alberto, en lugar de hacer el pase, intentó hacer una vaselina a Aouate. Más tarde dijo que lo hizo porque lo vió claro y, además, no vió a Navas. Y a mí eso no me vale, porque si no vió a Navas, tendría que haberlo visto. No se me olvidará la mirada que Navas le echó a Luis Alberto. El palaciego estaba indignado porque estaba seguro de que le iba a pasar el balón.

Luis Alberto ha dicho que no le sienta bien tener pocas oportunidades y que podría salir en enero, pero también dice que confía en sí mismo y que espera triunfar en el Sevilla.

Si de verdad quiere triunfar en el Sevilla, lo que tiene que hacer es esforzarse más, ganarse la confianza de su entrenador y no quejarse públicamente de la falta de minutos. La impaciencia no le hará ningún bien, y menos aún siendo tan joven.

Confío en que Luis Alberto no se convierta en un nuevo Pineda, jugador éste que tenía todo para triunfar, pero que, al final, se malogró y acabó jugando en divisiones inferiores.

Luis Alberto decide. Y espero que decida bien.

¿Qué tipo de delantero hace falta?

Seguro que el Sevilla estará rastreando el mercado, con vistas a fichar en invierno el delantero que tendría que haber llegado en verano. Cuando se cerró el plazo en agosto, yo me llevaba las manos a la cabeza, preguntándome cómo era posible que el Sevilla hubiera cometido un error de planificación tan grave. El sevilla afrontaba, como mínimo, cuatro meses de competición con un delantero y medio, porque Kanouté, por cuestiones físicas, estaba claro que se perdería muchos partidos.

El error no sólo era no haber incorporado a alguien que pudiera sustituir a Kanouté o Negredo, sino que además el club se había desprendido de otros delanteros, como Rodri, Acosta o Koné, quienes podrían ser mejores o peores, pero que seguro que podrían haber aportado algo en caso de emergencia.

Es difícil evaluar cuántos puntos se han perdido –y se perderán– por este fallo de planificación, pero me da la impresión de que bastantes y puede que –esperemos que no– demasiados. No es de recibo que un club que aspira a conseguir plaza Champions y títulos se quede varios partidos sin apenas poder ofensivo, precisamente en la línea que tiene que meter miedo a los rivales. Si no inquietamos arriba, equipos como el Sporting, Racing o Granada pueden permitirse el lujo de atacar sin temor, llegándonos en tromba en más de una  ocasión. ¿Acaso no se ven las cosas de distinta manera si se visita el Nou Camp y no juegan ni Messi ni Villa? Pues lo mismo ocurre con nuestros rivales cuando ven que no están ni Negredo ni Kanouté.

Por otro lado, parece que hay un debate sobre qué tipo de delantero hace falta. Hay quiénes piensan que debe ser un delantero referencia, y otros piensan que debe ser un delantero que sirva de enlace con Negredo y Kanouté, incorporándose desde atrás. Yo lo único que digo es que tiene que ser un delantero que tenga gol, porque, al fin y al cabo, da lo mismo desde donde vengan los goles. Lo importante es que la pelotita entre y que se creen ocasiones de gol. El elegido tiene que ser alguien que desborde, que atemorice, que marque diferencias. El problema es que eso suele costar bastante dinero y nuestra situación económica no es la mejor. Así que tendremos que esperar  y confiar en que Monchi dé con un mirlo blanco.

Sorpresa en fútbol femenino

La sorpresa me la he llevado yo, al leer en un par de portales deportivos que «el día 13 de noviembre quedará grabado en la historia de la rivalidad futbolística sevillana» . Al preguntarme el porqué, resulta que dicen que el Betis ha ganado el primer derbi femenino de la historia.

La sorpresa era mayúscula, porque yo ni siquiera sabía que el Betis tenía un equipo femenino. Claro, que también es normal que no lo supiese, porque no suelo leer nada sobre el que dicen que es nuestro eterno rival, excepto en los días previos a un derbi.

Pero me da por indagar un poco, y resulta que el llamado día histórico queda en nada, tal y como explica el magnífico blog de La Palangana Mecánica, que, dicho sea de paso, me parece  un blog imprescindible para cualquier sevillista o para cualquiera que le guste la historia del fútbol.

Hay que ver lo que le gusta malmeter a determinados sectores de la prensa sevillana. Parecen chiquillos.

El regreso de los lesionados

Parece ser que podrán ser de la partida para el próximo partido, contra el Athletic de Bilbao, tanto Perotti, Negredo y Kanouté. Nos va a venir muy bien estas incorporaciones, aunque probablemente Negredo no podrá jugar los 90 minutos, por haber estado tanto tiempo lesionado.

Además, la vuelta de Perotti provocará que Trochowski vuelva a su posición natural en el centro del campo, que es donde da su mejor nivel. Si a eso le sumamos que arriba jugará Kanouté o Negredo, es de suponer que la imagen del equipo debe mejorar bastante. También habrá que ver quién será el sustituto de Medel, que, hasta ahora, se ha mostrado como un jugador básico en la plantilla. Imagino que su sustituto será Campaña, ya que Salva sigue en el filial y no cuenta, por ahora, para Marcelino.

El encuentro ante el Athletic se ha vuelto importantísimo, porque, si queremos pelear por una plaza Champions, ya no nos podemos permitir más pífias. Será un partido disputado y difícil, porque el Athletic ya no es el equipo roto e inocente de las primeras jornadas, donde cualquier rival lo bailaba. Ya se ha recompuesto y se le nota la mano de su nuevo entrenador, Marcelo Bielsa.

El Athletic vendrá con algunas bajas, pero sus jugadores más importantes estarán en el Sánchez Pizjuán. Este Athletic no es el equipo falto de técnica y calidad, sino que tiene a jugadores de primer nivel, como sus tres internacionales, Ander Herrerra e Iker Muniain. Se trata de un equipo que nos exigirá dar lo mejor, si queremos llevarnos los tres puntos.

El día 20, nos espera un partido lleno de intensidad en Nervión, nos espera un partido de los grandes.

La rodilla de Tiberio Guarente

Sorpresa mayúscula la que me he llevado hoy al leer la prensa, concretamente un artículo de ABC dedicado a Tiberio Guarente, donde se afirma que el médico que lo operó –Míkel Sánchez– no era muy optimista en su recuperación, hasta el punto de decir que el estado de la rodilla de Guarente era tan pésimo que no había que descartar que tuviera que abandonar el fútbol. En el mismo artículo, también dicen que «algunas fuentes consultadas señalaron que la rodilla del italiano estaba, incluso, peor que la de Javi Navarro cuando se tuvo que retirar. La afectación del cartílago era mayúscula, con úlcera incluida».

Yo no esperaba, de ningún modo, que la lesión de Tiberio fuera tan grave. Entre otras cosas, porque, escuchando palabras del propio Tiberio y de algún miembro del club, se suponía que Tiberio tendría que haber sido uno más al empezar la temporada 2011-2012. Resulta que pasan los meses y no acaba de recuperarse, y hoy, al leer la noticia de ABC, ya me explico el porqué del retraso en su recuperación.

Sin embargo, lo que no me explico es por qué el Sevilla decide fichar a un jugador como Guarente, con la rodilla como la tenía. Ya sé que desde el club se dice que sabían que era un fichaje arriesgado, y que ya hizo alguno de ese tipo cuando se fichó, por ejemplo, a Javi Navarro. Pero seguro que por Javi Navarro no se pagaron los cinco millones –creo recordar que era esa cifra– que se pagaron por el centrocampista italiano.

Felizmente, parece que Guarente podrá volver a jugar al fútbol. Todavía está por ver si su fichaje fue bueno o malo. El italiano triunfó en su país, y si se recupera totalmente, posiblemente lo hará en el Sevilla también. Ojalá que los sevillistas le veamos pronto sobre el tapete y que disfrutemos de un Guarente que, hasta ahora, es casi un desconocido.