Desastroso partido del Sevilla, que ha dejado ir dos puntos de manera bastante tonta, no sabiendo aprovechar el jugar casi todo el partido con un jugador más. Mantuvimos un juego parsimonioso y desesperante, durante gran parte del partido.
Empezaba mal el encuentro, ya que fallamos dos manos a mano con el portero de forma clamorosa. Luego llegó la expulsión y el penalty, que también fallamos en primera instancia, pero que Negredo, por suerte, pudo rematar después a gol.
A partir de ahí, el disparate más absurdo. No éramos capaces de dar dos pases seguidos y perdíamos la posesión del balón muy fácilmente. Precisamente era el Villarreal el que hacía el juego que debía haber hecho el Sevilla, al tocar con facilidad el balón en el centro del campo y teniendo más posesión que nosotros. Así, llegó el empate tras un penalty facilitado por Fernando Navarro, que zancadilleó al peligrosísimo Rossi (qué gran jugador).
El Sevilla siguié en el mismo plan hasta que Marco Rubén aprovechó un nuevo fallo defensivo, adelantanto al Villarreal. Me dio la sensación de que tanto Alexis (muy contemplativo) como Varas (disparó Marco Ruben con muy poco ángulo) pudieron hacer algo más.
Afortunadamente, Alexis consiguió el empate en la recta final del partido, tras soberbio cabezazo. Quizás tenga más futuro como delantero que como central, aunque el de hoy no ha sido su peor partido en defensa. Incluso ha estado por encima de su nivel.
Los cambios que hizo Marcelino, más o menos, me gustaron, aunque creo que debió hacerlos antes. Para aprovechar la superioridad numérica, creo que debió haber reforzado el centro del campo, que es el fuerte del Villarreal. Aunque también es verdad que eso es fácil decirlo a toro pasado.
En lo único que difiero de Marcelino es que permitió que Perotti finalizara el partido, porque el argentino fue una máquina de perder balones. Fue una auténtica nulidad. Pienso que debió ser sustituido por Armenteros.
El árbitro acertó en la decisiones importantes, pero dio la impresión de estar deseando expulsar a algún jugador sevillista. Incomprensibles las tarjetas a Negredo (una falta como otra cualquiera) o a Del Moral (para mí no se tiró). También perdonó alguna amarilla a los jugadores del Villarreal.
El punto me sabe a gloria, porque, dado el desastre de juego que hemos llegado a hacer, llegué a temer que nos viniéramos de vacío. Si queremos jugar la Champions no podemos ir de perdonavidas ante rivales directos. Tendríamos que haber ganado, porque hemos tenido el partido muy de cara. Quizás nos haya faltado ambición y nos haya sobrado conformismo.