El Guadalajara ha dejado casi sentenciada la eliminatoria. Y digo «casi», porque los sevillistas sabemos lo bien que puede jugar nuestro filial. Sin embargo, el partido de hoy ha sido desastroso, de principio a fin, pero especialmente la segunda parte.
No pudo empezar peor, porque Samuel cometió un penalty clarísimo, que tendría que haber supuesto su expulsión. Afortunadamente, no fue así. Sin embargo, Samuel se fue al vestuario antes de tiempo en la recta final del partido, y posiblemente, si algún recurso no lo evita, no podrá jugar la vuelta.
Un magnífico disparo de Jairo Caballero acortó distancias, minutos después de que Samuel lanzara al larguero un sensacional disparo.
Lo peor vino en la segunda parte, donde el Guadalajara se imponía con facilidad, creando clarísimas ocasiones de gol ante Dani Jiménez, que fue el mejor de nuestro equipo y nos salvó de que el marcador fuera aún más abultado. Sin embargo, no pudo evitar encajar tres goles en poco más de un cuarto de hora. El último de ellos, a mi juicio, vino a raíz de una falta inexistente.
Partido para olvidar, donde el rival no superó en todo, jugando con más intensidad y velocidad, presionando en cada balón. Nos han machacado a balón parado, donde hemos estado mal posicionados y blanditos.
No entiendo el porqué de la suplencia de Salva. Supongo que habrá una explicación, porque Salva es titular indiscutible y el partido era de los importantes. Quizás estuviera algo tocado, porque otro motivo no se me ocurre.
Habrá que darle la vuelta al marcador, pero está harto difícil. No sólo porque tenemos que ganar con tres goles de ventaja (o cuatro, pero lo normal es que sean tres), sino porque tenemos que hacerlos ante un buen equipo. El Guadalajara tiene una serie de jugadores muy rápidos, buenos pasadores y con calidad. Para superarles, tendremos que jugar muy bien. Tendremos que hacer todo lo que no hemos hecho hoy.
Pero está claro que, sea cual sea el resultado de ese partido de vuelta, los chavales han cumplido. Nadie esperaba que dieran el nivel que han dado, y sólo debemos de tener hacia ellos agradecimiento. Agradecimiento por habernos ofrecido tantos partidos de enorme nivel, con jugadas de tiralíneas y goles espectaculares. Y, desde luego, no hay que olvidar que el filial está para nutrir de jugadores al primer equipo, y no para subir a Segunda División. Por mucha ilusión que haga a la afición y a los jugadores, ése no es el objetivo principal.