Hoy se cumplen cinco años de la consecución de la primera copa de la Uefa por parte del Sevilla FC. Recuerdo aquel 10 de mayo como si fuera ayer. Día calurosísimo. No sabía que en Eindhoven podía hacer tanto calor. Y, como no podía ser de otra manera, la ciudad holandesa fue tomada por nuestra afición, armada con multitud de banderas del centenario. Un día inolvidable, ciertamente.
Manzano habla hoy de sueño, que es lo que para él supondría lograr la clasificación para disputar competiciones europeas la próxima temporada. No sé para el resto de sevillistas, pero para mí un sueño sería volver a ganar títulos. Lo de disputar competiciones europeas está bien, pero eso ya debería darse por hecho que se va a lograr, teniendo en cuenta el potencial que el Sevilla atesora. Es más, me parece casi un milagro que estemos a punto de clasificarnos, dada la desastrosa planificación deportiva que se ha hecho y la cantidad de puntos que hemos perdido ante rivales de medio pelo.
Y, señor Manzano, yo tengo clarísimo que para poder vivir sueños, es condición sine qua non que usted no sea el entrenador de nuestro equipo. Yo soy un aficionado más que se siente decepcionado con sus actuaciones. Parece no conocer una buena plantilla y descarta, sin aparente motivo, a jugadores muy válidos o que pueden serlo, si se les diera una oportunidad. Me estoy refiriendo a jugadores como Luna, Alfaro, Acosta o Luis Alberto. Pero, por si fuera poco, también ha tenido usted actuaciones verdaderamente lamentables, como su patético cambio en el Oporto-Sevilla, o sus pateticos planteamientos en el Getafe-Sevilla y, sobre todo, en el Sevilla-R. Madrid, donde se hizo historia negativa con un resultado en contra de, nada más y nada menos, 2-6. Y tuvimos hasta suerte, porque pudo ser peor, porque facilidades dimos todas las del mundo.
Estoy totalmente seguro de que volverán los días de glorias. Está escrito. Pero esos días de gloria los vivirá usted en su casa o en otro club, nunca en el Sevilla F.C.